
Si recordamos uno de los principios del feng shui, la armonía en el espacio físico es esencial para el bienestar de los humanos que los habitan. Muchas veces, la falta de armonía se debe al desgaste del espacio que nos rodea, tanto físico: muebles corroídos, desorden,… como energéticos. Este último tipo puede ser el más dañino de todos.
Según el feng shui, cuando las casas no están bien cuidadas, con el tiempo su energía se deteriora. La acumulación diaria de energía vieja, densa, o también denominada qi yin, se vuelve obvia cuando aparecen insectos muertos, la pintura se cae, se apilan periódicos y revistas sin sentido, se acumulan regalos u objetos superfluos a la vista, montones de trastos en esquinas, armarios o disimulados detrás de las cortinas,… Cuando los objetos de una casa permanecen en el mismo sitio durante un largo tiempo, la propia inmovilidad hace que el qi yin se vaya acumulando. Y cuando las casas se ensucian (desgaste físico), llega un momento en que la suciedad también se asienta (desgaste energético). Este tipo de deterioro puede ser peligroso según el feng shui, pues genera focos de energía densa que abaten las fuentes de energía positiva.
De este modo, es muy importante la limpieza y purificación de la energía del espacio físico de una casa. ¿Que cómo se hace? Lo bueno de este ejercicio de feng shui es que es una tarea fácil y revitalizante, además de hacerte sentir bien durante todo el proceso. Deshacerse de todo lo superfluo y energizar tus espacios laborales y familiares. Es una tarea terapéutica, y al mismo tiempo beneficiosa. El espacio para acumular los trastos de una casa, decrece año tras año, y al menos que se contrarreste esta tendencia a acumular cachivaches constantemente, la energía de una casa se bloquearía irremediablemente.

Según el feng shui, la limpieza y la reordenación de los muebles u objetos es importante para que el qi de una casa esté en constante movimiento y se cree inmediatamente un ambiente de bienestar. Además, es un trabajo divertido, recordando el porqué de todo lo que acumulamos y dejando volar estos recuerdos para dejar sitio a un presente más enfortalecido. ¡A limpiar!