
Cada vez es más común la practica en hospitales y centros de terapias complementarias una técnica conocida como reiki. Esta técnica, de origen japonés, ha empezado a calar hondo en la sociedad occidental, pero ¿cómo podemos definir una terapia reiki?
A grandes rasgos, es una técnica de imposición de manos, en donde el terapeuta actúa como canal para transmitir al receptor energía reiki o energía universal con el fin de equilibrar su organismo. Se puede decir que esta técnica fue regulada y desarrollada en última instancia por el doctor Mikao Usui, alrededor de 1925 en Japón, aunque la aplicación de este tipo de energía con el fin de sanar ya se había utilizado en diversas culturas orientales de otras maneras.
El nombre con el que Mikao Usui rebautizó a este método de sanación fue reiki, y lo dotó de una serie de pautas y principios para facilitar a los interesados el proceso de aprendizaje y canalización de esta energía. Muchas de las técnicas que se aprenden con reiki requieren la imposición de manos, pero no son el único instrumento que se utiliza. Se fundamenta en los principios de la medicina oriental, y por tanto, comprende a la persona como un todo. Todos somos mutuamente interactivos, vibramos con el universo, y como seres humanos, nuestra mente, cuerpo y espíritu son manifestaciones diferentes de la misma fuerza vital que nos rodea. No se pueden considerar como elementos independientes. Ahora bien, ¿qué es el reiki exactamente?
Reiki: 霊気 universo y energía qi.
El primer sinograma, 霊 rei, significa universal y se refiere a la parte espiritual, a la esencia más natural de todo lo que nos rodea, que penetra todas las cosas y circunda todos los lugares. El segundo carácter, 気 ki, que en chino se pronuncia «chi» ya, se refiere a la energía vital individual que circula por nuestros cuerpos, manteniéndolos vivos, y que está presente, fluyendo, en todos los organismos vivos. El reiki, es un proceso de encuentro de esas dos energías: la energía universal con nuestra porción física, y ocurre después de que la persona sea sometida a un proceso de sintonización o iniciación en el método, hecho por un maestro capacitado. Cualquier persona puede ser iniciada en reiki, no es necesario estar dotado de ninguna habilidad especial.
Para algunos practicantes, usar la energía reiki es aplicar energía luz. Para muchos otros, trabajar con reiki es canalizar amor incondicional. Pero más allá de técnicas, escuelas o creencias personales, lo que caracteriza a todos los practicantes de reiki en común es que dirigen toda su intención durante el tratamiento para la recuperación de la salud física, mental, emocional y espiritual del receptor; es un método natural que ayuda a equilibrar y restaurar todos los niveles de la persona, creándole un estado de armonía al ser.

Otras características del reiki
Uno de los sistemas más extendidos en occidente ha sido el Reiki Usui-tibetano, pero no es el único. Existen muchas escuelas como el reiki tradicional japonés, Egipcio, Karuna, Celta, Gendai… Como hemos dicho antes, pese a la variedad de escuelas, todas persiguen el objetivo común de alcanzar el bienestar por distintos caminos, usando el poder de la intención y canalizando reiki.
Como técnica natural, no tiene contraindicaciones más que el alcance del bienestar. Es una energía inofensiva, sin efectos secundarios, compatible con cualquier tipo de terapia o tratamiento médico. Durante una sesión básica, el receptor no tiene porqué sentir ningún dolor y no se manipula su cuerpo.
El aprendizaje de reiki te empuja al entendimiento y aprendizaje de nuevos conceptos de medicina oriental, que también utilizan técnicas como el Yoga, Taiqi o la acupuntura. Uno de los más utilizados y que hablaremos más adelante, son los chakras y los desequilibrios que se pueden producir en torno a ellos. Según estas teorías, el organismo dispone de unos focos de energía denominados chakras. Si se mantiene un bloqueo en estos puntos durante años, ya sea mental, físico o emocional, el cuerpo puede llegar a enfermar. Al recibir reiki, podemos trabajar sobre estos puntos para que la energía fluya de nuevo por el organismo correctamente.
Además, se diferencia de otras técnicas de imposición de manos en que el terapeuta no hace uso de su propia energía corporal, sino que la canaliza del exterior, del rei o universo, por lo que no se cansa dando reiki y tampoco corre riesgo de contraer ninguna enfermedad del receptor.
Reiki como técnica intenta devolver el bienestar a todas las dimensiones del individuo, y más allá de imponer dogmas, ofrece un abanico de creencias filosóficas o religiosas, que cada uno puede adaptar a su vida y necesidades para crecer y desarrollarse como persona.