
Es difícil clasificar el gran abanico de tés presentes en China. Aunque todos los tipos de té chino proceden de las hojas y brotes de la planta Camellia Sinensis, la diferencia entre ellos radica en la manera de procesar sus hojas. Además, las características y la composición química de las hojas recolectadas, así como la edad y la subfamilia a la que pertenecen, dan lugar a una gran variedad de sabores muy apreciados en la cultura china.
Existen miles de marcas en el mercado chino. Cada una de ellas trabaja en provincias diferentes y procesa sus hojas de forma diferente. Pese a todo, podemos agrupar los tipos de té chino en seis grandes familias: tres de corta oxidación y tres de larga oxidación.
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Té Verde chino ( Lü Cha 绿茶)
Es el tipo de té más consumido en China, especialmente en el centro. Las hojas de este té se recogen frescas y apenas sufren oxidación durante su procesado. El proceso impide que las hojas fermenten, de tal modo que no pierden sus elementos antioxidantes, que ayudan a reducir el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Dentro de té chino verde nos encontramos con muchas subdivisiones. Como curiosidad, uno de los más caros en China se cultiva en Hangzhou. Se le conoce como Longjing-cha (龍井茶) y antiguamente se servía como tributo al emperador.

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Té Blanco (Bai Cha 白茶)
Es un tipo de té levemente oxidado (entre un 10-30%) que se cultiva principalmente en la provincia de Fujian. Sufre un proceso parecido al té verde (muchas veces se clasifica dentro del té verde), aunque en este caso se utilizan hojas jóvenes y yemas sin abrir. Se dejan secar las hojas al sol y se procesan para evitar su oxidación o fermentación en exceso. Esto hace que conserve su sabor y su alto contenido en antioxidantes, más potente que el té verde. Tiene un color más pálido debido a la pelusilla que cubre las yemas, y un sabor más suave y delicado.
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Te Amarillo (Huang Cha 黄茶)
Se trata de un té procesado de forma parecida al té verde y blanco, aunque su oxidación es muy corta y se frena con un secado de las hojas con calor seco. Tanto sus hojas como el resultado final de la infusión tienen un color amarillento. Además, las hojas suelen ir acompañadas de tallos, a diferencia de los anteriores.
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Té Negro Chino (Hei Cha 黑茶)
Es un tipo de té postfermentado y el más procesado de todos. Se consume más en el sur de China. Contiene una alta concentración de teína.
Hay muchas variaciones de té negro con sus propias características. Tiene un color más oscuro y un tono denso. Un tipo de té que a menudo se clasifica como té negro es el denominado Pu’er (普洱茶). Es uno de los más excéntricos y famosos, propio de la provincia de Yunnan. Este té se almacena en barricas de bambú, y el proceso de oxidación puede durar de 2 a 60 años. En los últimos años se ha puesto de moda porque ayuda a perder grasa y eliminar el colesterol.

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Té Oolong (Wulong Cha 乌龙茶)
Es un tipo de té semi-oxidado. Se queda entre el té verde y el negro, lo que le da un característico tono azulado. La mayoría de su producción procede de Fujian, Cantón y Taiwan. Tiene un sabor suave, más parecido al té verde, pero mantiene el fuerte aroma del té negro.
El consumo regular de té Oolong ayuda a adelgazar y prevenir las arrugas, además de disminuir las reacciones alérgicas en la piel.
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Té Rojo Chino (Hong Cha 红茶)
Es una variedad de té totalmente oxidado. En occidente se le conoce como té negro (black tea), por lo que puede crear confusión con el té negro chino (Hei cha y su variedad Pu’er). Es probablemente el té más consumido por los europeos. Su nombre se debe a la tonalidad cobre de sus hojas, requiriendo su oxidación durante un largo periodo, guardándolo en grandes barricas.
A diferencia del té verde, el té rojo retiene su sabor por varios años, así como su color rojo oscuro característico. Es bueno para ayudar a la digestión, diurético, y mantenerse despierto.
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